Titulo: No todo es de un mismo color.
Autor: Leonel Gonzalez
Año: 2017
Edición: @LeonelG_24
Tenía miedo de que pasara otra noche como esta; lluvioso,
nublado y solo, como siempre. Pensando en lo oscuro que ha sido mi vida,
siempre oculto, detrás de una simple máscara.
En todos los ámbitos de mi vida me he sentido como un peón;
esa figura igual al resto que sólo tiene como propósito cuidar y obedecer
ordenes de personas superior a él. Simple de manejar y moldear. Sumiso a
cualquier orden, con la única finalidad de “vivir bien”. Pero ese “vivir bien”
acabo con mi vida hace muchos años.
Ahora, sólo veo gris. Mi corazón se ha vuelto daltónico con
el pasar del tiempo. Y pensar que al ser niño quería crecer porque pensaba que
mi vida iría mejor y sería feliz, grave error. Ya era feliz en aquel entonces,
pero ya no recuerdo como se siente.
Todo comenzó en la adolescencia cuando, para encajar, me
colocaba mi máscara todos los días. Máscara de diversión, felicidad y de pocos
problemas.
Pero al llegar a la casa, todas las tarde, debía quitármela.
Y vaya sentimiento más desagradable, que al verme al espejo, y ver a un
completo desconocido.
El tiempo fue pasando, y yo, seguía igual. Con mi máscara
puesta para ser aceptado, para gustar, y debo admitir que me sirvió. Llegué a
tener muchos amigos, me acompañaban a todo lo que proponía, estaban ahí
siempre, podía contar con ellos, o por lo menos, eso pensaba yo. Y por ser de
esas personas que da un brazo por un amigo, ahora que no están los dos, no me
abrazo ni yo mismo.
Hace poco, conocí a un anciano frente el restaurante donde
siempre voy al medio día en mis tiempos libres. Él estaba allí sentando, vi mi
reloj y aun no era la hora de volver al trabajo, me senté junto a él.
—Es un lindo día, ¿no te
parece? —me dijo al sentarme.
—No le veo nada lindo, sólo
hay personas estresadas por su trabajo—suspiré—. Un mal tráfico y ruidos por
todos lados.
—Te detienes a ver sólo las
cosas negativas —dijo con serenidad—. Tienes que ver las cosas con una
perspectiva diferente. ¿Ves aquella mujer jugando con el niño? Ella sacrifica
su tiempo libre para ver una sonrisa en ese niño. No es un lindo día porque
estés bien, ni porque yo lo esté, sino porque aquel niño si lo está —en sus
ojos podías ver una clase de chispa, estaba enamorado de aquello que estaba
pasando—. Vengo todos los días, ella siempre sale a la misma hora. Él no es su
hijo, pero lo trata como si lo fuera.
No le respondí, suspiré y
comencé a observar. Había un niño en una bicicleta, me hizo acordar cuando
pasaba todas las tardes dando vueltas con la bicicleta que me había regalado mi
abuelo.
—Tienes que ver la vida como
una paleta de colores —expresó rápido—. Un día no puede ser igual al otro. Si
hoy tu día fue gris, mañana no puede ser igual y si por alguna razón ves que
puede ser igual, entonces debes cambiar y darle un rumbo diferente a ese día
—me explico con serenidad—. Nosotros mismos plantamos lo que queremos cosechar,
y decidimos con qué quedemos decorar nuestra alma.
—¿Pero si todos mis días son
grises? —pregunto confundido—. No cambian por más que quiera hacerlo —expresé
con la mirada caída.
—¿Por qué crees que pueda ser
eso?
—No tengo idea.
—Debes conocerlo y hallar lo
que te mantiene en tu zona de confort.
—Mi vida ha sido muy
desafortunada, ¿sabe? —confesé siendo lo mas sincero que podía—.
—Un consejo —se volteó a
verme—. A veces, aunque
tengas la vida más desafortunada de todas, siempre vas a tener la oportunidad
de vivir uno o dos momentos de fortuna. Cuando lo experimentes, no querrás
volver a ver sólo un matiz de gris.
Llevo todo el día pensando en lo que me dijo el señor, no
logró sacármelo la idea de la cabeza. Son las 3 de la mañana y no se qué hacer,
ya te conté lo que pienso qué es lo que me llevo hasta aquí.
El señor tiene razón, y si debo comenzar a vivir diferente,
quitarme la máscara. Comenzar a ver todo como en realidad es, por su color.
Vivir un momento a la vez.
No todo es de un mismo color, cada momento tiene un color
especial.
Pronto te volveré a escribir, cuando las cosas mejoren.
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